Pedro Figari Solari (Montevideo, 29 de junio de 1861 – Ibídem, 24 de julio de 1938) fue un pintor, abogado, educador, escritor y político uruguayo. Una de las figuras más destacadas de la pintura de América Latina, se caracteriza por su estilo propio y su voluntad americana.
Nació en Montevideo el 29 de junio de 1861. Estudió derecho y se destacó en su profesión de abogado. Defensor de Pobres en lo Civil y lo Criminal, fue uno de los promotores de la abolición de la pena de muerte y tuvo una resonante actuación en el llamado caso Almeida, en el que demostró la inocencia de un alférez del ejército acusado de un crimen que no había cometido. En 1886 viajó con su joven esposa por Europa, donde conoció los principales movimientos artísticos. De regreso en Montevideo, si bien su labor como abogado, diputado y periodista ocupó la mayor parte de su tiempo, siempre se mantuvo cercano a las artes plásticas. En 1910 propuso una reforma de la Escuela Nacional de Artes y Oficios con un espíritu innovador, buscando integrar el arte y la artesanía, y en 1915 fue designado director de la misma.
A partir de 1921 se radicó primero en Buenos Aires y luego en París. En estas estancias se dedicó por completo a la pintura, actividad que siempre había desarrollado en forma privada. Realizó exposiciones y pronto encontró el éxito de público y crítica. En Europa recibió la visita de Joaquín Torres García y Rafael Barradas. La obra pictórica de Pedro Figari se destaca por el predominio del color y de la figura como mancha, frente a la línea. Sin embargo, en sus dibujos o ilustraciones su línea es fluida y sumamente expresiva. Sus temas con frecuencia son patios coloniales o escenas cuyos protagonistas son negros.